Si en los momentos más bajos de nuestra vida, en esos momentos en los que nada esta a nuestro favor, somos incapaces de levantarnos y continuar, es porque estamos ignorando a nuestro espíritu luchador. Todo el mundo tenemos a nuestro espíritu luchador, al que si le damos nuestro apoyo, nos puede llevar a nuestros mejores logros.
Hasta la persona en apariencia más débil ante nuestros ojos, es capaz de sacar una increíble fuerza que la levante en el momento en que esa persona comienza a creer en esa fuerza.
Son muchas las personas que no tienen la inteligencia y el cuerpo perfecto, pero que en cambio su espíritu luchador les ha llevado a cambiar el mundo a pesar de sus imperfecciones.
Lo primero que tenemos que hacer cuando nos caemos es aceptar la situación en la que estamos viviendo, pero esta vez la aceptación no tiene que ir sola, ha de ir acompañada de nuestra creencia total y firme de que esa caída tiene un fin positivo y un beneficio para nuestro crecimiento interior.
Lo segundo que tenemos que hacer al caer, es saber que existe esa gran fuerza en nuestro interior, esa fuerza que no solamente nos levantara, sino que ademas absolverá la lección de la caída, y nos hara mejores personas que antes de caernos.
Lo tercero que podemos hacer es proponernos ser los reconstructores de nuestra vida, pero una vida mejor, con la memoria del aprendizaje de la caída para hacerlo mucho mejor que antes.
Después de una caída y si nosotros ponemos la voluntad, podemos ser más poderosos, porque seremos mas sabios por nuestro aprendizaje, seremos mas empáticos porque habremos sufrido y eso abrirá nuestra mente, y sentiremos en nuestro interior lo que es nacer otra vez y estar motivados en construir una vida mejor.
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