Lo cierto es que si pretendemos alcanzar la felicidad constante mediante cosas externas, lo vamos a tener muy difícil, ya que todo nuestro exterior es cambiante, y si basamos totalmente nuestro estado de animo a ese exterior, podemos esperar que nuestro estado emocional sea una especie de montaña rusa. Unicamente viviendo el presente, podemos encontrar la felicidad constante.
Pero lo cierto es que en esta sociedad con prisas, parece que vivimos muchas cosas, pero no la que realmente tenemos que vivir, porque lo que de verdad merece la pena ser vivido, es la vida que tenemos ahora mismo a nuestro alrededor.
Es cierto que en la vida tenemos que tener proyectos, ir hacia nuestros sueños y conseguir lo que nos proponemos, pero nada de eso tiene sentido, si en nuestro camino para alcanzar todo eso que deseamos, no somos capaces de disfrutar cada paso como una gran bendición en nuestra vida.
Es difícil estar plenamente en el presente, cuando hemos olvidado que nosotros no somos nuestra carrera, proyectos y deberes, sino que somos mucho mas que ello, porque hasta que no sepamos distanciar un mínimo nuestra autentica identidad de todos nuestros deseos, no seremos capaces de disfrutar sencillamente de la vida.
Si realmente queremos disfrutar del camino hacia nuestros proyectos, tenemos que tener la capacidad de trocear ese camino en trozos pequeños, viviendo cada trozo de ellos como si fuera un tesoro que jamas volverá a estar en nuestras manos.
No importa lo mucho que viajemos o lo mucho que consigamos en la vida, si no hemos desarrollado la capacidad de captar cada momento como único, todo ello puede hacer que tengamos muchas cosas que contar y pocas que sentir.
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