Cuando no tenemos vitalidad, nos tenemos que preguntar si realmente es que nos falta vitalidad o simplemente estamos andando tan a contracorriente que es imposible que sintamos o tengamos suficiente energía. La falta de la vitalidad puede ser debido a ir en la dirección contraria a la que queremos.
Posiblemente nuestro problema no es la falta de vitalidad, sino la falta de escucha hacia nuestro espíritu interior, porque cuando nuestro espíritu interior nos grita que andemos por un camino y andamos por un camino contrario a el que nos dice, nuestro cuerpo se debilita.
Cuando nos encontramos en esta situación tenemos que llamar a la reflexión, una charla hacia nosotros, llena de preguntas dirigidas a nuestro interior, mientras buscamos nuestra relajación para tener una apertura más fácil a esas respuestas que pueden llegar en ese mismo momento o mas tarde.
El hecho de que las personas estemos tan condicionadas por la educación y sociedad, hace que nos llenemos de capas opacas que impiden que nuestro espíritu se pueda expresar.
Es importante que hagamos una buena lista de esas creencias del pasado que tenemos instaladas en nuestro interior y que ensordecen la voz de nuestro espíritu, todo eso que nos enseñaron y que nos limita como personas.
Cuando tenemos conciencia de todo lo que nos condiciona falsamente, tenemos más facilidad para poderlo atravesar y llegar a nuestro interior en busca de respuestas de hacia donde tenemos que caminar.
Posiblemente todo eso que aprendimos en el pasado y nos limita, retumba en nuestro interior disfrazado de verdad, pero es hora de que comencemos a introducir en nuestro interior esas verdades creadas por nosotros mismos y no por los demás, esas verdades que están conectadas a nuestra esencia y que ensordecen a ese falso condicionamiento que acabara perdiendo su fuerza tarde o temprano.
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